El rugido ensordecedor de motores V8, el aroma a combustible y caucho quemado, y la tensión palpable de 40 máquinas compitiendo a más de 300 km/h definen la experiencia NASCAR. Esta categoría de automovilismo, originada en Estados Unidos a finales de los años 40, representa uno de los espectáculos deportivos más emocionantes del planeta. A diferencia de otras disciplinas de motor, NASCAR combina velocidades vertiginosas con proximidad extrema entre vehículos, donde una maniobra equivocada puede desencadenar accidentes múltiples en cuestión de segundos. La fascinación por estos bólidos de apariencia cotidiana modificados para el rendimiento extremo ha trascendido fronteras, convirtiéndose en un fenómeno que atrae a millones de aficionados cada temporada.

Historia y evolución de NASCAR: del contrabando a fenómeno deportivo mundial

Los orígenes de NASCAR están íntimamente ligados a una época turbulenta de la historia estadounidense: la Prohibición. Durante este periodo (1920-1933), los contrabandistas de whisky ilegal utilizaban automóviles modificados para transportar su mercancía y evadir a las autoridades por las sinuosas carreteras del sur. Estos "bootleggers" perfeccionaron sus habilidades de conducción y mecánica, mejorando continuamente sus vehículos para ganar en velocidad y maniobrabilidad, sentando las bases técnicas de lo que más tarde serían los stock cars de competición.

Tras la derogación de la Prohibición, muchos de estos conductores, ya sin "negocio" pero con habilidades excepcionales, comenzaron a organizar carreras informales que rápidamente ganaron popularidad, especialmente en los estados del sur como Carolina del Norte, Georgia y Florida. Las competiciones se realizaban inicialmente en circuitos de tierra improvisados, utilizando vehículos modificados pero con apariencia de automóviles de calle.

El 21 de febrero de 1948 marca un hito fundamental en esta historia, cuando Bill France Sr., un expiloto y promotor visionario, fundó oficialmente la National Association for Stock Car Auto Racing (NASCAR) tras una reunión histórica en el Streamline Hotel de Daytona Beach. Su objetivo era crear un formato de competición estandarizado que garantizara la seguridad, la igualdad de condiciones y la profesionalización de estas carreras que estaban ganando cada vez más adeptos.

La primera temporada oficial de NASCAR se celebró en 1949, con Jim Roper como primer campeón al volante de un Lincoln. Durante las décadas de 1950 y 1960, la competición comenzó a ganar reconocimiento nacional, atrayendo a fabricantes como Chevrolet, Ford y Dodge, que vieron en estas carreras una excelente plataforma para promocionar sus modelos de producción bajo la famosa filosofía "gana el domingo, vende el lunes".

La verdadera esencia de NASCAR reside en su capacidad de combinar la velocidad extrema con la proximidad de los coches en pista. Ninguna otra categoría del automovilismo mundial ofrece tantos adelantamientos y acción constante durante más de tres horas de competición.

La década de 1970 trajo consigo la era dorada de NASCAR, con pilotos legendarios como Richard Petty, Cale Yarborough y David Pearson protagonizando duelos memorables que captaron la atención de todo el país. La competición comenzó a profesionalizarse rápidamente, con equipos mejor organizados, patrocinios millonarios y una cobertura televisiva cada vez más amplia que llevó las carreras a millones de hogares estadounidenses.

A partir de los años 90, NASCAR experimentó una expansión sin precedentes, con un calendario más extenso, mayor presencia mediática y una base de aficionados en continuo crecimiento. La categoría dejó de ser un fenómeno regional del sur para convertirse en un espectáculo deportivo de alcance nacional y, eventualmente, internacional. Actualmente, NASCAR cuenta con tres divisiones nacionales principales: la Cup Series (la máxima categoría), la Xfinity Series y la Craftsman Truck Series, además de divisiones internacionales en México, Canadá y Europa.

Stock cars: anatomía técnica de las máquinas de competición NASCAR

A pesar de su nombre, los "stock cars" (coches de serie) actuales tienen poco en común con los vehículos de producción en los que supuestamente se basan. Son auténticas máquinas de competición diseñadas específicamente para las exigencias extremas de las carreras de NASCAR. Sin embargo, mantienen una apariencia externa que recuerda a los modelos de calle, una herencia de los orígenes de la competición cuando realmente se utilizaban automóviles modificados pero de producción en serie.

Diseño aerodinámico y chasis tubular: ingeniería de seguridad y velocidad

El chasis es el corazón estructural de un stock car de NASCAR. Construido como una jaula tubular de acero soldado, proporciona tanto rigidez para el rendimiento como protección vital para el piloto. Esta estructura, fabricada según especificaciones estrictas de la NASCAR, debe superar rigurosas pruebas de seguridad antes de ser homologada para competición. El diseño del chasis incluye zonas de deformación programada que absorben energía en caso de impacto.

La carrocería, fabricada principalmente en fibra de carbono y otros materiales compuestos, replica la apariencia de modelos de producción como el Chevrolet Camaro ZL1, el Ford Mustang GT o el Toyota Camry, aunque con proporciones y dimensiones adaptadas para optimizar la aerodinámica. Cada elemento exterior está estudiado minuciosamente para reducir la resistencia al aire y generar el equilibrio aerodinámico necesario para mantener estabilidad a alta velocidad.

Los ingenieros dedican miles de horas a perfeccionar detalles como el ángulo del parabrisas, la forma del techo o el diseño del alerón trasero, buscando la menor resistencia aerodinámica posible sin comprometer la estabilidad. En circuitos superspeedway como Daytona o Talladega, una diferencia mínima en la aerodinámica puede traducirse en varios kilómetros por hora de ventaja.

Motores V8 de 750 caballos: especificaciones y limitaciones técnicas

El corazón palpitante de todo stock car es su motor V8 naturalmente aspirado de 5.86 litros (358 pulgadas cúbicas). Estos propulsores, auténticas obras maestras de ingeniería, desarrollan aproximadamente 750 caballos de potencia en configuración estándar y pueden alcanzar hasta 9.000 revoluciones por minuto. La potencia se transmite a las ruedas traseras a través de una transmisión manual de cuatro velocidades, un componente casi anacrónico en la era actual pero que forma parte de la esencia tradicional de NASCAR.

Cada motor está fabricado siguiendo un meticuloso conjunto de reglas establecidas por NASCAR para garantizar la paridad entre equipos. Especificaciones como el diámetro de los pistones, la carrera del cigüeñal o el material de los componentes están estrictamente reguladas. En circuitos superspeedway (óvalos de más de 2 millas), los motores incorporan restrictores de aire ( plate restrictor ) que limitan la potencia a aproximadamente 450 caballos para controlar las velocidades por motivos de seguridad.

EspecificaciónValorObservaciones
ConfiguraciónV8 naturalmente aspiradoArquitectura tradicional en NASCAR
Cilindrada5.86 litros (358 pulgadas cúbicas)Limitada por reglamento
Potencia máxima750 HP (circuitos cortos)510 HP con restrictor en superspeedways
RPM máximas9.000 rpmLimitadas electrónicamente
Velocidad punta320-330 km/hEn circuitos como Talladega

Neumáticos goodyear eagle: compuestos especiales para diferentes circuitos

Los neumáticos juegan un papel crucial en el rendimiento de los stock cars. NASCAR mantiene un acuerdo exclusivo con Goodyear, que desarrolla compuestos específicos para cada tipo de circuito. Los Goodyear Eagle utilizados en competición son neumáticos sin dibujo (slicks) diseñados para maximizar la adherencia en asfalto seco. Su anchura es significativamente mayor en el eje trasero (317 mm) que en el eje delantero (293 mm) para optimizar la tracción.

Dependiendo del tipo de pista, Goodyear fabrica diferentes compuestos: más blandos para circuitos cortos donde la tracción es prioritaria, y más duros para superspeedways donde la duración y la estabilidad a alta velocidad son fundamentales. Un juego de neumáticos Goodyear para NASCAR puede costar aproximadamente $2.000 y tiene una vida útil de apenas 100-150 kilómetros en condiciones de carrera, lo que explica la importancia estratégica de los pit stops para cambios de neumáticos.

A diferencia de otras categorías como la Fórmula 1, NASCAR no utiliza neumáticos de lluvia en óvalos; las carreras simplemente se detienen y posponen cuando la pista está mojada. Sin embargo, en circuitos mixtos como Watkins Glen o Sonoma sí se emplean neumáticos específicos para condiciones de lluvia cuando es necesario.

Sistemas de seguridad HANS y SAFER: protección del piloto en impactos a 320 km/h

La tragedia que marcó un antes y un después en la seguridad de NASCAR fue el accidente fatal de Dale Earnhardt en la última vuelta de las 500 Millas de Daytona de 2001. Tras este suceso, la organización implementó cambios drásticos en sus protocolos de seguridad, incluyendo la obligatoriedad del dispositivo HANS ( Head And Neck Support ), un sistema que restringe el movimiento de la cabeza durante impactos para prevenir lesiones cervicales.

Las barreras SAFER ( Steel And Foam Energy Reduction ) representan otra innovación crucial desarrollada en colaboración con la Universidad de Nebraska. Estas barreras, instaladas en las paredes exteriores de las curvas de los óvalos, combinan paneles de acero con bloques de espuma que absorben energía durante los impactos, reduciendo significativamente las fuerzas G transmitidas al piloto. Su implementación ha demostrado reducir hasta un 40% la severidad de los impactos.

El habitáculo de los pilotos también ha evolucionado considerablemente, con asientos de carbono moldeados a medida, arneses de seis puntos, redes laterales y estructuras laterales reforzadas. Estos elementos, junto con los trajes ignífugos homologados, han convertido a los stock cars modernos en estructuras notablemente seguras a pesar de las velocidades extremas que alcanzan.

Next gen car: revolución técnica de NASCAR desde 2022

En 2022, NASCAR introdujo el modelo Next Gen (Gen-7), la mayor revolución técnica en décadas. Este nuevo concepto ha transformado radicalmente los stock cars, incorporando tecnologías más modernas y acercándolos en ciertos aspectos a los automóviles de producción actual. Entre las innovaciones más destacadas se encuentran la transmisión secuencial de cinco velocidades (sustituyendo a la tradicional H-pattern de cuatro marchas), llantas de 18 pulgadas con tuerca central única (en lugar de las tradicionales de 15 pulgadas con cinco tuercas) y una aerodinámica completamente rediseñada.

El chasis simétrico del Next Gen permite mayor adaptabilidad entre diferentes tipos de circuitos, reduciendo la necesidad de fabricar carrocerías específicas para cada tipo de trazado. Además, incorpora por primera vez un difusor trasero, lo que mejora la eficiencia aerodinámica y reduce la turbulencia, permitiendo a los coches seguirse más de cerca y facilitando los adelantamientos.

Otra innovación significativa es el sistema de dirección independiente en las cuatro ruedas, que proporciona mayor agilidad en circuitos mixtos y facilita las reparaciones tras colisiones menores. El Next Gen también introduce componentes estandarizados suministrados por proveedores únicos, lo que ha reducido significativamente los costes para los equipos y ha nivelado la competencia.

Circuitos emblemáticos del calendario NASCAR

El calendario de NASCAR se caracteriza por su diversidad de trazados, aunque predominan los óvalos. A diferencia de categorías como la Fórmula 1, que compite exclusivamente en circuitos mixtos, NASCAR ha construido su identidad en torno a los míticos óvalos que definen el automovilismo estadounidense, donde los pilotos se enfrentan constantemente a curvas peraltadas a velocidades extremas.

Daytona international speedway: escenario legendario de las 500 millas

Daytona International Speedway representa el corazón espiritual de NASCAR. Inaugurado en 1959 por Bill France Sr. como alternativa al circuito playero original, este trióvalo de 2,5 millas (4 km) de longitud alberga las 500 Millas de Daytona, la carrera más prestigiosa del calendario y la que inaugura la temporada cada febrero. Sus curvas peraltadas a 31 grados permiten velocidades superiores a 320 km/h, convirtiéndola en una de las pistas más rápidas del mundo.

La característica más distintiva de Daytona es la necesidad del drafting o rebufo, una técnica mediante la cual los coches forman líneas para aprovechar el vacío aerodinámico y aumentar la velocidad. Esta dinámica crea carreras extremadamente competitivas donde las posiciones cambian constantemente y donde una victoria puede decidirse por apenas milésimas de segundo tras 500 millas de competición.

La historia de Daytona está marcada por momentos icónicos como la foto-finish entre Lee Petty y Johnny Beauchamp en la inaugural de 1959, la primera victoria de Dale Earnhardt en las 500 Millas tras 20 intentos en 1998, o el trágico accidente que le costó la vida a este mismo piloto en 2001. El complejo incluye también un trazado mix

to que conjuga 3,56 millas (5.730 metros) utilizado para las famosas 24 Horas de Daytona, una de las carreras de resistencia más prestigiosas del mundo.

Talladega superspeedway: el óvalo más rápido y peligroso

Si existe un circuito que representa la quintaesencia de la velocidad extrema en NASCAR, ese es Talladega Superspeedway. Ubicado en Alabama, este colosal óvalo de 2,66 millas (4,28 km) ostenta el título del circuito más largo y rápido del calendario. Sus curvas peraltadas a 33 grados permiten que los pilotos mantengan el acelerador a fondo durante prácticamente toda la vuelta, generando velocidades superiores a los 330 km/h antes de la implementación de los restrictores.

La combinación de alta velocidad y efecto rebufo crea el fenómeno conocido como "pack racing", donde grupos de hasta 30 coches compiten separados por apenas centímetros a velocidades vertiginosas. Esta dinámica hace que Talladega sea escenario frecuente del temido "Big One", accidentes en cadena que pueden involucrar a más de una docena de vehículos simultáneamente. El efecto dominó es casi inevitable cuando un coche pierde el control a estas velocidades.

Talladega posee además una rica historia de momentos emblemáticos, como la victoria de Bill Elliott en 1987 estableciendo el récord de velocidad de clasificación en NASCAR (212.809 mph o 342.483 km/h), una marca que permanece imbatible tras la introducción de los restrictores de potencia. Otro hito memorable fue el espectacular accidente de Bobby Allison en 1987, cuando su coche casi saltó la valla de protección hacia las gradas, lo que aceleró la implementación de medidas para controlar la velocidad por motivos de seguridad.

Talladega no perdona errores. Aquí no solo necesitas un coche rápido y habilidad al volante, sino también una dosis de suerte para evitar verse envuelto en el inevitable 'Big One'. Es una montaña rusa de emociones a 200 millas por hora donde todo puede cambiar en un parpadeo.

Charlotte motor speedway: innovación con la Coca-Cola 600 y el roval

Charlotte Motor Speedway, ubicado en Concord, Carolina del Norte, es uno de los circuitos más versátiles y emblemáticos del calendario. Su óvalo principal de 1,5 millas (2,4 km) con configuración quad-oval y 24 grados de peralte en las curvas representa el prototipo de los llamados "intermediate tracks" que dominan el calendario actual de NASCAR. Su ubicación estratégica en el corazón de la región donde se concentran la mayoría de los equipos lo convierte en una especie de circuito "local" para la industria.

Charlotte alberga anualmente la Coca-Cola 600, la carrera más larga del calendario NASCAR con 600 millas (960 km) de recorrido. Esta prueba, celebrada tradicionalmente el mismo día que las 500 Millas de Indianápolis, supone un desafío único de resistencia tanto para pilotos como para equipos, ya que comienza a la luz del día y termina bien entrada la noche, con los consiguientes cambios en las condiciones de la pista que exigen constantes ajustes en la puesta a punto de los vehículos.

Desde 2018, Charlotte ha revolucionado el calendario de NASCAR con su innovador trazado "Roval" (Road Course + Oval), una combinación del óvalo tradicional con secciones de circuito interior que crea un desafiante trazado mixto de 2,28 millas con 17 curvas. Esta configuración única ha aportado un elemento adicional de imprevisibilidad y espectáculo a los playoffs, con finales frecuentemente dramáticos donde los pilotos arriesgan todo en las últimas vueltas para asegurar su clasificación a la siguiente ronda.

Bristol motor speedway: "el coliseo" del automovilismo estadounidense

Conocido como "The Last Great Colosseum" (El Último Gran Coliseo), Bristol Motor Speedway es uno de los circuitos más queridos por aficionados y pilotos. Este óvalo corto de apenas 0,533 millas (858 metros) ubicado en Bristol, Tennessee, ofrece una experiencia única con sus pronunciadas curvas peraltadas a 30 grados que crean la sensación de competir en un gigantesco cuenco. Sus gradas, que rodean completamente el circuito y tienen capacidad para más de 160.000 espectadores, generan una atmósfera electrizante comparable a un estadio deportivo.

La estrechez de la pista y las altas velocidades que se alcanzan (a pesar de su corta longitud) hacen que el contacto entre vehículos sea prácticamente inevitable. Las carreras en Bristol son sinónimo de golpes de parachoques, roces de carrocería y frecuentes banderas amarillas. Los pilotos deben mostrar una mezcla perfecta de agresividad controlada y paciencia estratégica para navegar entre el tráfico, donde adelantar a menudo requiere "mover" físicamente al competidor que va delante.

Bristol tiene además la particularidad de haber cambiado su superficie de asfalto a hormigón en 1992, lo que aumentó significativamente el agarre y permitió múltiples líneas de carrera. En 2007 el circuito fue rediseñado con curvas progresivas, creando diferentes grados de inclinación que permiten a los pilotos elegir entre varias trayectorias. Estas características hacen que las 500 vueltas de la carrera nocturna de Bristol, iluminada por un espectacular sistema de luces, sea uno de los eventos más esperados de la temporada.

Circuito de las américas: la apuesta por los trazados mixtos

La inclusión del Circuito de las Américas (COTA) en Austin, Texas, representa la evolución reciente de NASCAR hacia una mayor diversidad de trazados. Este circuito de clase mundial, diseñado originalmente para la Fórmula 1, ofrece un desafío completamente diferente con sus 3,426 millas (5,513 km) de recorrido, 20 curvas y notables cambios de elevación, incluyendo una impresionante subida de 133 pies hacia la primera curva tras la salida.

Para NASCAR, competir en COTA significa adaptarse a un entorno que requiere habilidades completamente diferentes a las de los óvalos tradicionales. Los pilotos deben dominar el arte del frenado tardío, las secuencias de curvas técnicas y la gestión de las zonas de frenada, mientras los equipos trabajan en configuraciones específicas que priorizan el downforce (carga aerodinámica) y la estabilidad en curvas sobre la velocidad punta.

La experiencia en COTA ha demostrado que pilotos con experiencia previa en circuitos mixtos, como Ryan Blaney o Kyle Larson, pueden brillar especialmente en este tipo de trazados. También ha abierto puertas para que pilotos especialistas en circuitos de giro a derecha e izquierda, como A.J. Allmendinger, puedan competir ocasionalmente en la máxima categoría. Esta diversificación refleja la estrategia de NASCAR de ampliar su atractivo y desafiar a los pilotos con una gama más amplia de habilidades de conducción.

Pilotos legendarios que definieron eras en NASCAR

La historia de NASCAR está marcada por figuras icónicas que transformaron el deporte con su talento, personalidad y logros. Desde los pioneros que sentaron las bases hasta las superestrellas modernas, estos pilotos no solo ganaron carreras sino que dejaron una huella imborrable en el automovilismo estadounidense.

Richard Petty, apodado "The King" (El Rey), domina el panteón de leyendas con sus 200 victorias y 7 campeonatos, estableciendo estándares que parecían inalcanzables. Su carisma dentro y fuera de la pista, combinado con una habilidad extraordinaria al volante, lo convirtió en el primer gran embajador de NASCAR a nivel nacional. Su característico sombrero Stetson, gafas de sol y amabilidad con los aficionados establecieron el modelo de lo que un piloto de NASCAR debía representar públicamente.

Dale Earnhardt, "The Intimidator" (El Intimidador), redefinió la agresividad en pista durante las décadas de los 80 y 90. También con 7 campeonatos igualando a Petty, su estilo implacable y su legendario coche negro #3 lo convirtieron en una figura polarizadora que los aficionados adoraban u odiaban con igual pasión. Su trágica muerte en la última vuelta de las 500 Millas de Daytona de 2001 marcó un punto de inflexión en la historia de NASCAR, impulsando una revolución en materia de seguridad.

Jimmie Johnson representa la excelencia de la era moderna, logrando un récord de 5 campeonatos consecutivos (2006-2010) y sumando dos más para igualar a Petty y Earnhardt con 7 títulos. Con un estilo calculado y una adaptabilidad excepcional, Johnson y su jefe de equipo Chad Knaus formaron posiblemente la dupla más formidable de la historia reciente, dominando especialmente la era del Car of Tomorrow.

Otros nombres fundamentales incluyen a Jeff Gordon, cuyas 93 victorias y 4 campeonatos ayudaron a transformar NASCAR de fenómeno regional a espectáculo nacional; Tony Stewart, piloto versátil que triunfó tanto en óvalos como en circuitos mixtos; y David Pearson, el "Silver Fox" (Zorro Plateado), cuyas 105 victorias en apenas 574 carreras le dan el mayor porcentaje de éxito entre los grandes campeones.

La actualidad del deporte está definida por una nueva generación de talentos como Kyle Larson, Chase Elliott y Joey Logano, que combinan la agresividad tradicional de NASCAR con una preparación atlética y técnica más sofisticada, representando el puente entre la tradición del deporte y su futuro.

Estrategia de competición: pit stops, drafting y fuel mileage races

Más allá de la habilidad al volante y la potencia del motor, NASCAR es un deporte donde la estrategia puede marcar la diferencia entre la victoria y la derrota. Los jefes de equipo, verdaderos estrategas de la competición, deben tomar decisiones críticas en fracciones de segundo que pueden determinar el resultado de una carrera de 400 o 500 millas.

Dinámica de repostaje y cambio de neumáticos en 12 segundos

Los pit stops en NASCAR son auténticas obras maestras de precisión y trabajo en equipo. A diferencia de otras categorías como la Fórmula 1, donde la actividad está altamente automatizada, en NASCAR el factor humano es determinante. Un equipo estándar de pit stop está compuesto por cinco personas: un encargado de la gata hidráulica, dos cambiadores de neumáticos y dos portadores de neumáticos, además del encargado de repostaje.

Durante un pit stop completo, que incluye cambio de las cuatro ruedas y repostaje de combustible, el equipo debe coordinar múltiples tareas simultáneamente en un espacio reducido y en el menor tiempo posible. Los mejores equipos pueden completar esta operación en aproximadamente 12 segundos, un tiempo que puede verse reducido a 8-9 segundos si solo se cambian dos neumáticos. Con la llegada del Next Gen Car y su tuerca central única, los tiempos se han reducido sensiblemente respecto a la configuración anterior de cinco tuercas por rueda.

La estrategia de pit stops va mucho más allá de la velocidad de ejecución. Los jefes de equipo deben decidir cuándo entrar a boxes (anticipándose o reaccionando a banderas amarillas), cuántos neumáticos cambiar (dos o cuatro) y qué ajustes realizar al coche para adaptarse a las cambiantes condiciones de pista. En carreras largas como las 600 Millas de Charlotte, que comienzan de día y terminan de noche, estos ajustes son particularmente críticos para mantener la competitividad del vehículo.

Drafting y empuje aerodinámico: física aplicada a 300 km/h

El drafting o "rebufo" es una técnica fundamental en circuitos superspeedway como Daytona y Talladega, donde la resistencia aerodinámica limita significativamente la velocidad máxima. Cuando un coche sigue de cerca a otro, puede posicionarse en la zona de baja presión creada detrás del vehículo delantero, reduciendo la resistencia del aire y aumentando su velocidad sin necesidad de potencia adicional. Este fenómeno físico permite a los coches en formación alcanzar velocidades hasta 8-10 km/h superiores a las que lograrían individualmente.

Con la introducción de los restrictores de potencia en 1988, el drafting pasó de ser una técnica opcional a convertirse en una necesidad absoluta para ser competitivo. Esto dio origen a estilos de carrera específicos como el tandem drafting (rebufo en tándem), donde dos coches se empujan literalmente entre sí, y el pack racing (carrera en pelotón), donde grandes grupos de vehículos circulan en formaciones densas a velocidades prácticamente idénticas.

La estrategia de drafting requiere tanto habilidad técnica como inteligencia táctica. Los pilotos deben entender cuándo es conveniente liderar, cuándo es mejor seguir, y cuándo romper formaciones para lanzar adelantamientos. También implica formar alianzas circunstanciales con competidores, a menudo basadas en la marca del vehículo o el equipo, creando dinámicas sociales complejas dentro de la competición que pueden cambiar radicalmente en las últimas vueltas cuando cada piloto busca su propia posición.

Estrategias de combustible y yellow flags: el ajedrez de los jefes de equipo

Las llamadas fuel mileage races (carreras de consumo de combustible) representan uno de los escenarios estratégicos más fascinantes en NASCAR. Se producen cuando, en ausencia de banderas amarillas durante largos periodos, los equipos deben decidir si arriesgan estirando al máximo el combustible disponible o realizan una parada adicional sabiendo que perderán posiciones pero tendrán garantizado llegar al final.