
La evolución tecnológica en el sector automovilístico ha transformado radicalmente nuestra experiencia al volante. Los sistemas de asistencia a la conducción representan la mayor revolución en seguridad vial desde la introducción del cinturón de seguridad. Estas tecnologías no solo facilitan la conducción cotidiana, sino que actúan como guardianes invisibles, anticipándose a situaciones de riesgo y reaccionando en milisegundos cuando el conductor no puede hacerlo. Los fabricantes de automóviles han convertido la integración de estos sistemas en una prioridad estratégica, compitiendo por ofrecer las soluciones más avanzadas y efectivas. Para el conductor moderno, entender el funcionamiento de estas tecnologías resulta fundamental para aprovechar al máximo su potencial y, en última instancia, garantizar una conducción más segura y placentera.
Sistemas ADAS: el cerebro de la seguridad activa
Los sistemas ADAS (Advanced Driver Assistance Systems) constituyen el núcleo de la seguridad activa en los vehículos modernos. Estas tecnologías utilizan una combinación de sensores, cámaras, radares y software inteligente para monitorizar constantemente el entorno del vehículo y asistir al conductor en tiempo real. A diferencia de los elementos de seguridad pasiva, que protegen durante un impacto, los ADAS trabajan activamente para evitar que el accidente ocurra . La implementación de estos sistemas ha demostrado reducir hasta un 40% la probabilidad de colisión en determinadas situaciones, según estudios recientes de la Comisión Europea.
El funcionamiento básico de los ADAS implica tres fases: detección, análisis y respuesta. En la fase de detección, los sensores capturan información del entorno (vehículos, peatones, señales de tráfico, líneas de carril). Durante el análisis, el software procesa estos datos para identificar posibles riesgos. Finalmente, en la fase de respuesta, el sistema puede alertar al conductor o intervenir directamente en los controles del vehículo. Esta arquitectura modular permite que los fabricantes implementen diferentes combinaciones de sistemas según el segmento y precio del vehículo.
La integración de sistemas ADAS en los vehículos modernos ha supuesto un cambio paradigmático en la seguridad vial, pasando de una estrategia reactiva a una preventiva que anticipa y evita situaciones de riesgo antes de que se materialicen.
Tecnología adaptativa ACC de BMW y Mercedes: funcionamiento y ventajas
El Control de Crucero Adaptativo (ACC) representa uno de los avances más significativos en la conducción asistida. Los sistemas de BMW y Mercedes, especialmente, han llevado esta tecnología a nuevos niveles de sofisticación. El ACC utiliza sensores radar, generalmente ubicados en la parrilla frontal, para mantener una distancia preestablecida con el vehículo precedente. A diferencia del control de crucero convencional, el sistema adaptativo ajusta automáticamente la velocidad, pudiendo incluso detener completamente el vehículo en situaciones de tráfico denso.
En el caso de BMW, su Active Cruise Control con función Stop&Go permite circular desde velocidades de autopista hasta detenciones completas, reactivándose automáticamente si la parada no supera los 3 segundos. Mercedes, por su parte, ha integrado su sistema Distronic Plus con asistencia de dirección, que no solo mantiene la distancia longitudinal sino que también ayuda con pequeñas correcciones en la dirección para mantener el vehículo centrado en el carril.
Las ventajas de estos sistemas son múltiples: reducen significativamente la fatiga en trayectos largos, minimizan el estrés en situaciones de tráfico congestionado y disminuyen el riesgo de colisiones por alcance, que representan aproximadamente el 30% de los accidentes en vías rápidas. Además, estudios recientes sugieren que la conducción con ACC activado puede reducir el consumo de combustible hasta un 7% gracias a la optimización de la aceleración y el frenado.
Detección de ángulo muerto BLIS de Volvo: cómo evita colisiones laterales
El sistema BLIS (Blind Spot Information System) desarrollado por Volvo representa uno de los avances más significativos en prevención de colisiones laterales. Este dispositivo utiliza cámaras y sensores de radar instalados en los retrovisores exteriores para monitorizar constantemente las zonas que quedan fuera del campo visual del conductor. Cuando otro vehículo entra en el ángulo muerto, el sistema activa un indicador luminoso, generalmente ubicado en el propio retrovisor o en el pilar A.
La versión más avanzada del BLIS de Volvo no se limita a alertar, sino que incorpora asistencia activa. Si el conductor intenta cambiar de carril cuando hay un vehículo en el ángulo muerto e ignora las advertencias visuales, el sistema puede aplicar una ligera corrección en la dirección para evitar la colisión. Esta función resulta particularmente útil en autopistas y vías rápidas, donde las velocidades elevadas reducen el tiempo de reacción ante un posible impacto.
Los datos de seguridad son contundentes: la implementación del BLIS ha reducido hasta un 45% los accidentes por cambio de carril involuntario, según estudios realizados por el Instituto Sueco de Investigación de Transporte. Además, el sistema de Volvo ha evolucionado para detectar también bicicletas y motocicletas, que por su menor tamaño y mayor velocidad relativa representan un riesgo especial en estas maniobras.
Asistentes de mantenimiento de carril LKA: comparativa entre Toyota safety sense y honda sensing
Los sistemas de mantenimiento de carril (Lane Keeping Assist o LKA) han evolucionado significativamente en los últimos años, destacando especialmente las propuestas de Toyota y Honda. Ambos fabricantes han desarrollado paquetes completos de seguridad que integran esta funcionalidad como pieza central de sus estrategias ADAS. El Toyota Safety Sense utiliza una cámara monocular combinada con radar de ondas milimétricas para detectar las líneas de la carretera y la posición del vehículo respecto a ellas, mientras que Honda Sensing emplea una configuración similar pero con algoritmos de procesamiento diferentes.
En cuanto a funcionamiento, el sistema LKA de Toyota ofrece dos niveles de asistencia: una alerta cuando se detecta una desviación involuntaria (Lane Departure Alert) y una corrección activa que aplica ligeras fuerzas al volante para mantener el vehículo centrado (Lane Tracing Assist). Honda, por su parte, denomina a sus sistemas Lane Departure Warning y Road Departure Mitigation, añadiendo la capacidad de detectar no solo líneas pintadas sino también bordes de carretera sin marcar, utilizando análisis de textura del pavimento.
Las pruebas comparativas realizadas por organismos independientes muestran que el sistema de Honda resulta ligeramente más efectivo en carreteras secundarias con marcas viales degradadas, mientras que Toyota ofrece un comportamiento más refinado en autopistas y vías bien señalizadas. En ambos casos, la efectividad decrece significativamente con lluvia intensa o nieve, una limitación común a todos los sistemas basados en cámaras ópticas.
Reconocimiento de señales TSR: implementación en volkswagen ID.4 y Hyundai Tucson
El reconocimiento de señales de tráfico (Traffic Sign Recognition o TSR) representa uno de los asistentes más prácticos para evitar infracciones involuntarias. Este sistema utiliza cámaras frontales para identificar señales de limitación de velocidad, prohibiciones de adelantamiento y otras indicaciones relevantes, mostrándolas en el cuadro de instrumentos o el head-up display. Los modelos Volkswagen ID.4 y Hyundai Tucson han implementado versiones particularmente avanzadas de esta tecnología.
El sistema Dynamic Road Sign Display
del Volkswagen ID.4 no solo reconoce señales estándar sino también paneles variables y señalización temporal de obras. Su integración con el navegador GPS permite anticipar limitaciones de velocidad incluso antes de que las señales sean visibles, utilizando datos cartográficos actualizados. Adicionalmente, el sistema puede sugerir automáticamente la adaptación de velocidad, aunque siempre dejando la decisión final al conductor.
Hyundai, con su Intelligent Speed Limit Assist
presente en el Tucson, añade una dimensión adicional: la capacidad de adaptar activamente la velocidad a las limitaciones detectadas cuando se utiliza junto con el control de crucero. El sistema también incorpora reconocimiento de señales específicas por país, adaptándose a las particularidades de la señalización local, un aspecto especialmente útil para quienes viajan frecuentemente entre diferentes países europeos.
Ambas implementaciones muestran una precisión superior al 95% en condiciones óptimas, aunque factores como señales parcialmente ocultas, condiciones climatológicas adversas o deterioro de la señalización pueden reducir su efectividad. Los fabricantes advierten que estos sistemas deben considerarse como ayudas complementarias y no sustituyen la atención del conductor.
Frenado automático de emergencia AEB: evaluación según protocolos euro NCAP
El sistema de frenado automático de emergencia (Autonomous Emergency Braking o AEB) representa probablemente el avance más significativo en prevención de colisiones. Esta tecnología utiliza una combinación de cámaras, radar y/o lidar para detectar obstáculos inminentes, calculando si existe riesgo de colisión. Si el conductor no reacciona a las advertencias iniciales, el sistema aplica automáticamente los frenos para evitar el impacto o reducir significativamente su severidad.
Euro NCAP, el programa europeo de evaluación de vehículos nuevos, ha desarrollado protocolos específicos para evaluar la eficacia de los sistemas AEB en tres escenarios: ciudad (velocidades bajas, típicamente impactos traseros), interurbano (velocidades medias, con vehículos en movimiento) y peatones/ciclistas. Las pruebas incluyen múltiples escenarios como aproximación a vehículos detenidos, vehículos que reducen su velocidad súbitamente, y peatones que cruzan o caminan en paralelo a la vía.
Los resultados de estas evaluaciones muestran diferencias significativas entre fabricantes. Los sistemas más avanzados, como los presentes en Volvo, Mercedes o Subaru, pueden evitar colisiones completamente hasta velocidades de 50-60 km/h y reducir significativamente la gravedad hasta 80 km/h. Estudios independientes sugieren que la implementación generalizada de AEB podría reducir hasta un 38% las colisiones por alcance con lesiones. Esta efectividad ha llevado a que el AEB se convierta en equipamiento obligatorio para nuevas homologaciones en la Unión Europea desde 2022.
Interfaz hombre-máquina: comunicación avanzada con el vehículo
La interfaz hombre-máquina (HMI) constituye el puente crítico entre los sofisticados sistemas de asistencia y el conductor. Un diseño efectivo de esta interfaz resulta fundamental para garantizar que las tecnologías de asistencia cumplan su propósito sin crear distracciones adicionales. Los fabricantes están evolucionando desde sistemas puramente informativos hacia interfaces intuitivas y predictivas que presentan la información relevante en el momento preciso , minimizando la carga cognitiva del conductor.
La evolución de las interfaces incluye tres dimensiones fundamentales: visual (pantallas, indicadores, proyecciones), auditiva (alertas sonoras, instrucciones de voz) y háptica (vibraciones, resistencia en controles). Los sistemas más avanzados combinan estos canales de forma inteligente, priorizando los menos intrusivos para información rutinaria y escalando hacia alertas más evidentes en situaciones críticas. Esta aproximación multicapa permite mantener informado al conductor sin saturar su atención.
Un aspecto particularmente innovador es la adaptación contextual. Las nuevas interfaces pueden modificar dinámicamente la información presentada según la situación de conducción (urbana, interurbana, aparcamiento), las condiciones ambientales (día/noche, climatología) e incluso las preferencias aprendidas del conductor. Este enfoque adaptativo maximiza la relevancia de la información y minimiza las distracciones potenciales.
Head-up display (HUD): tecnología AR en el Audi e-tron y Mercedes Clase S
Los sistemas Head-Up Display (HUD) han evolucionado desde simples proyecciones de velocidad hasta sofisticadas interfaces de realidad aumentada. El Audi e-tron y el Mercedes Clase S representan el estado del arte en esta tecnología, integrando información contextual directamente en el campo visual del conductor sin necesidad de desviar la mirada de la carretera. Estos sistemas avanzados proyectan información crucial sobre el parabrisas, creando la ilusión de que los datos flotan varios metros por delante del vehículo, alineados con los elementos relevantes del entorno.
El sistema AR-HUD
del Mercedes Clase S utiliza un proyector de alta resolución que cubre un área equivalente a una pantalla de 77 pulgadas a 10 metros de distancia. La información presentada se divide en dos niveles: uno cercano para datos básicos como velocidad y revoluciones, y otro lejano para elementos de realidad aumentada como flechas de navegación que parecen "dibujarse" sobre la carretera. Un procesador dedicado analiza más de 1.2 millones de píxeles 60 veces por segundo para garantizar la estabilidad de la imagen incluso en carreteras irregulares.
Audi, por su parte, ha implementado en el e-tron un sistema que integra información de los asistentes de conducción directamente en el HUD. Las indicaciones del control de crucero adaptativo, asistente de mantenimiento de carril y navegación se presentan de forma intuitiva, con elementos gráficos que enfatizan los vehículos detectados y la trayectoria recomendada. Estudios ergonómicos realizados por Audi indican que esta implementación reduce el tiempo de reacción del conductor hasta un 30% comparado con la consulta de información en el cuadro de instrumentos convencional.
Sistemas de control por voz: MBUX de Mercedes vs. Alexa auto
Los sistemas de control por voz han experimentado un salto cualitativo en los últimos años, evolucionando desde comandos básicos preestablecidos hacia interfaces conversacionales naturales. El sistema MBUX (Mercedes-Benz User Experience) y Alexa Auto representan dos aproximaciones diferentes pero igualmente avanzadas a esta tecnología, ofreciendo al conductor formas intuitivas de interactuar con múltiples funciones del vehículo sin apartar las manos del volante ni la vista de la carretera.
MBUX utiliza procesamiento de lenguaje natural avanzado que permite formular peticiones en lenguaje cotidiano. El sistema se activa con la frase clave "Hey Mercedes" o con el botón dedicado en el volante. Una de sus características distintivas es su capacidad para aprender: el sistema se adapta a los patrones de habla y preferencias del usuario, mejorando progresivamente la precisión del reconocimiento. Entre sus funcionalidades destacan el control del climatizador, navegación, multimedia, llamadas telefónicas e incluso características del vehículo como la iluminación ambiental o modos de conducción.
Alexa Auto, por su parte, representa la integración de la popular asistente de Amazon en el entorno automovilístico. Su principal ventaja radica en la familiaridad que muchos usuarios ya tienen con el ecosistema Alexa y su extensa biblioteca de "skills" o habilidades. Además de las funciones básicas dentro del vehículo, Alexa Auto permite la interacción con dispositivos domésticos inteligentes ("Alexa, enciende la calefacción de casa") y servicios de terceros como pedidos a restaurantes o reservas de hotel, funcionalidades particularmente útiles durante viajes.
Las pruebas comparativas muestran que MBUX destaca en la comprensión de comandos específicos relacionados con el vehículo y en su capacidad de interpretar instrucciones con múltiples parámetros en una sola frase. Alexa Auto, mientras tanto, ofrece una integración superior con servicios externos y mayor versatilidad en consultas generales. Ambos sistemas representan un avance significativo en la reducción de distracciones, permitiendo al conductor mantener la atención en la carretera mientras interactúa con las diversas funciones del vehículo.
Pantallas táctiles capacitivas: ergonomía y reducción de distracciones
Las pantallas táctiles capacitivas han transformado la forma en que interactuamos con los vehículos modernos, sustituyendo progresivamente los botones físicos tradicionales. Esta evolución, sin embargo, plantea importantes desafíos ergonómicos y de seguridad que los fabricantes abordan mediante diferentes estrategias. La clave para un diseño efectivo radica en equilibrar la versatilidad de estos interfaces con la necesidad de minimizar distracciones durante la conducción.
Los sistemas más avanzados implementan superficies hápticas que proporcionan retroalimentación táctil al pulsar la pantalla, simulando la sensación de presionar un botón físico. Esta tecnología, presente en marcas como Audi con su MMI Touch Response
, reduce la necesidad de confirmación visual de las acciones. Complementariamente, fabricantes como Mazda han optado por soluciones híbridas, manteniendo un controlador físico rotativo junto a la pantalla táctil, permitiendo la operación de funciones complejas sin desviar la mirada de la carretera.
En cuanto a la organización de la interfaz, los sistemas más efectivos implementan jerarquías visuales claras con funciones frecuentes accesibles en primer nivel, agrupación lógica de controles relacionados y personalización de accesos directos. Estudios ergonómicos realizados por el Insurance Institute for Highway Safety (IIHS) indican que estas optimizaciones pueden reducir hasta un 35% el tiempo que el conductor aparta la vista de la carretera durante la interacción con el sistema. Adicionalmente, la implementación de modos de conducción simplificados, que reducen automáticamente la información no esencial cuando el vehículo está en movimiento, representa una tendencia creciente orientada a minimizar la carga cognitiva del conductor.
Cámaras 360° y realidad aumentada: aparcamiento asistido en Tesla model Y
El sistema de aparcamiento asistido del Tesla Model Y representa uno de los usos más sofisticados de la tecnología de cámaras 360° y realidad aumentada en el sector automovilístico. A diferencia de soluciones convencionales, la implementación de Tesla no solo muestra imágenes de los alrededores del vehículo, sino que crea una reconstrucción tridimensional en tiempo real del entorno, permitiendo visualizar el espacio desde prácticamente cualquier ángulo.
El Sistema de Visualización de Entorno
utiliza ocho cámaras estratégicamente ubicadas que ofrecen una cobertura completa de los alrededores. Las imágenes capturadas se procesan mediante algoritmos de visión por computadora para generar una representación 3D del vehículo y su entorno. Esta representación se superpone con indicadores dinámicos que muestran la trayectoria proyectada y distancias a obstáculos, facilitando maniobras precisas incluso en espacios extremadamente reducidos.
La evolución más reciente del sistema, denominada Smart Summon
, permite al vehículo realizar maniobras de aparcamiento de forma completamente autónoma, incluso con el conductor fuera del vehículo, controlando la operación desde la aplicación móvil. Esta funcionalidad utiliza la misma infraestructura de cámaras y sensores, pero añade algoritmos avanzados de planificación de rutas y detección de obstáculos dinámicos. Aunque inicialmente recibió críticas por su fiabilidad en situaciones complejas, las actualizaciones OTA (Over-The-Air) han mejorado progresivamente su precisión y robustez, demostrando la capacidad de Tesla para evolucionar sus sistemas mediante mejoras de software sin necesidad de modificaciones hardware.
Conectividad y asistencia remota en vehículos modernos
La conectividad representa uno de los pilares fundamentales en la evolución de los sistemas de asistencia a la conducción. Los vehículos modernos han trascendido su concepción tradicional como entidades aisladas para convertirse en nodos interconectados dentro de un ecosistema digital más amplio. Esta transformación abre posibilidades sin precedentes para mejorar tanto la seguridad como la experiencia de usuario, permitiendo que el vehículo no solo reaccione ante su entorno inmediato sino que también aproveche información procedente de fuentes externas.
Sistemas V2V (Vehicle-to-Vehicle): comunicación entre vehículos mediante DSRC
La comunicación vehículo a vehículo (V2V) representa una de las aplicaciones más prometedoras de la conectividad en el ámbito de la seguridad vial. Mediante esta tecnología, los automóviles intercambian información en tiempo real sobre su posición, velocidad, dirección y estado, creando una red de conocimiento compartido que expande dramáticamente la capacidad de anticipación ante situaciones potencialmente peligrosas. El estándar DSRC (Dedicated Short-Range Communications) constituye actualmente la columna vertebral de estos sistemas, operando en una banda de frecuencia de 5.9 GHz específicamente reservada para aplicaciones de seguridad vial.
Las implementaciones actuales de V2V mediante DSRC permiten intercambiar hasta 10 mensajes por segundo con vehículos situados en un radio de aproximadamente 300 metros, incluso sin contacto visual directo. Esta característica resulta particularmente valiosa en escenarios como intersecciones sin visibilidad, curvas cerradas o condiciones meteorológicas adversas, donde los sistemas convencionales basados en sensores locales (radar, lidar, cámaras) presentan limitaciones significativas. Un estudio del Departamento de Transporte de Estados Unidos estima que la implementación generalizada de esta tecnología podría prevenir hasta un 80% de los accidentes de tráfico no relacionados con factores como conducción bajo efectos del alcohol o fallos mecánicos.
Entre las aplicaciones específicas destacan las alertas de frenada de emergencia, que notifican instantáneamente cuando un vehículo próximo realiza una desaceleración brusca; avisos de vehículo detenido en zona de peligro; alertas de cambio de carril o adelantamiento arriesgado; y notificaciones de vehículos aproximándose a intersección a velocidad excesiva. Fabricantes como General Motors ya han comenzado a implementar esta tecnología en modelos como el Cadillac CTS, mientras Toyota y Volkswagen han anunciado planes para su inclusión progresiva en sus gamas a partir de 2023, aunque la estandarización completa dependerá en gran medida de la evolución del marco regulatorio.
Conectividad V2I (Vehicle-to-Infrastructure): interacción con semáforos inteligentes
La comunicación entre vehículos e infraestructuras (V2I) representa un componente esencial en el desarrollo de ecosistemas de transporte inteligente. Esta tecnología permite que los automóviles intercambien información con elementos del entorno vial como semáforos, señales, peajes o incluso sensores integrados en el pavimento. Entre estas aplicaciones, la interacción con semáforos inteligentes destaca por su potencial para optimizar tanto la fluidez del tráfico como la eficiencia energética de la conducción.
El sistema GLOSA
(Green Light Optimal Speed Advisory) ejemplifica perfectamente las ventajas de esta comunicación: los semáforos transmiten constantemente información sobre su estado actual y tiempo restante para cambios de fase. Los vehículos equipados reciben estos datos y calculan la velocidad óptima para atravesar la intersección sin detenerse, presentando recomendaciones al conductor o directamente adaptando la velocidad si se utiliza junto con el control de crucero adaptativo. Pruebas realizadas en corredores urbanos equipados con esta tecnología en ciudades como Denver y Las Vegas han demostrado reducciones de hasta un 30% en el tiempo de desplazamiento y disminuciones significativas en el consumo energético y emisiones contaminantes.
Audi ha sido pionera en la implementación comercial de esta tecnología con su sistema Traffic Light Information
, disponible inicialmente en ciudades seleccionadas de Estados Unidos y progresivamente expandido a núcleos urbanos europeos. El sistema no solo muestra una cuenta regresiva para el cambio de luz, sino que también integra esta información con el sistema Start-Stop, evitando apagados del motor cuando el semáforo está a punto de cambiar a verde. BMW y Mercedes-Benz han desarrollado soluciones similares, mientras diversos proyectos piloto en ciudades como Barcelona, Ámsterdam y Singapur exploran aplicaciones más avanzadas, como la asignación dinámica de prioridad a vehículos de emergencia o transporte público.
Asistencia ecall: protocolo europeo de llamada automática de emergencia
El sistema eCall representa una de las aplicaciones más directas de la conectividad vehicular en el ámbito de la seguridad vial. Este protocolo europeo, obligatorio en todos los vehículos homologados en la UE desde abril de 2018, garantiza que en caso de accidente grave, el vehículo establezca automáticamente una llamada de emergencia al número único europeo 112, transmitiendo datos críticos que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte para los ocupantes.
El funcionamiento de eCall se apoya en tres componentes fundamentales: sensores que detectan impactos severos (típicamente los mismos utilizados para el despliegue de airbags), un módulo GPS que determina la posición exacta del vehículo, y un módem GSM dedicado que garantiza la comunicación incluso si los teléfonos móviles de los ocupantes resultan dañados o quedan fuera de su alcance. Cuando el sistema detecta un accidente significativo, transmite automáticamente un Conjunto Mínimo de Datos (MSD) que incluye coordenadas precisas, sentido de la marcha, identificación del vehículo, momento del impacto y estado del sistema eCall. Simultáneamente, establece una conexión de voz con el centro de emergencias, permitiendo a los operadores comunicarse con los ocupantes si éstos se encuentran conscientes.
Los estudios de impacto realizados por la Comisión Europea estiman que este sistema puede reducir los tiempos de respuesta hasta un 50% en zonas rurales y un 40% en áreas urbanas, lo que potencialmente podría salvar hasta 2.500 vidas anualmente en el territorio de la Unión. Fabricantes como Volvo, BMW y Mercedes-Benz han implementado versiones mejoradas que transmiten datos adicionales como número de ocupantes (determinado por los sensores de los cinturones de seguridad), severidad estimada del impacto o incluso tipo de accidente (frontal, lateral, vuelco), proporcionando información aún más valiosa para los servicios de emergencia.
Telemetría y diagnóstico remoto
Los sistemas de telemetría y diagnóstico remoto representan una dimensión fundamental de la conectividad vehicular orientada al mantenimiento preventivo y la optimización del rendimiento. Plataformas como Renault Easy Connect y Ford SYNC trascienden las funcionalidades básicas de infoentretenimiento para convertirse en auténticos centros de gestión integral del vehículo, permitiendo tanto al usuario como al fabricante monitorizar en tiempo real diversos parámetros de funcionamiento y anticipar necesidades de servicio antes de que deriven en averías más graves.
Renault Easy Connect, a través de su aplicación MY Renault
, ofrece al usuario acceso a información detallada sobre el estado del vehículo, incluyendo niveles de fluidos, presión de neumáticos, kilometraje y consumo medio. El sistema también proporciona alertas proactivas cuando detecta anomalías en algún componente, sugiriendo acciones correctivas e incluso programando citas con el servicio oficial directamente desde la aplicación. Para vehículos eléctricos como el Zoe, incorpora funcionalidades adicionales específicas como monitorización del estado de carga, autonomía restante y localización de puntos de recarga compatibles.